miércoles, 11 de septiembre de 2013

L´Angliru, el Olimpo del ciclismo

“Existe en Asturias, en plena Sierra del Aramo, en el Municipio de Riosa, cerca de 15 kilómetros de Oviedo, una montaña (…) que las retinas de los telespectadores jamás la olvidarían. Lo mismo que se dice que Los Lagos de Covadonga podrán ser la equivalencia española al Alpe d’Huez francés, la Gamonal podría equipararse e incluso, sin exagerar, superar al Mortirolo italiano.”

Descubriendo el Angliru

El Angliru (L'Angliru en bable), situado a apenas 15 kilómetros de Oviedo, era uno de tantos caminos de montaña en donde los ganaderos asturianos cuidaban sus ganados, hasta que en 1996, un director de información del conjunto ONCE, Miguel Prieto, conoció el puerto. Quedó tan impresionado por la dureza del mismo, que al año siguiente envió una carta a Unipublic (organizadora de la Vuelta) en la cual recomendaba que ese terrible puerto debía ser incluido en el recorrido de la Vuelta a España.

La carta incluía un perfil de los últimos kilómetros de la ascensión al puerto, ante lo que los directores de la Vuelta (y los de Unipublic) quedaron impresionados. La propuesta de Prieto llegó a buen puerto y optaron por hacer realidad tanto su deseo, como el de los propios organizadores, ya que hacía tiempo que venían buscando un puerto que tuviera el mismo impacto que Los Lagos de Covadonga tuvieron en su momento en la ronda española. Con esa montaña, la Vuelta a España iba a conseguir el puerto más duro de Europa, iba a ser su particular Mortirolo.

En octubre de 1998 La Nueva España adelantó que el Angliru formaría parte del recorrido de la Vuelta del año siguiente, algo que confirmaría Enrique Franco, director de la Vuelta, pocos días después. En el mes de mayo siguiente el propio Enrique Franco, junto con el alcalde de Riosa, Víctor Cordero (director de Unipublic), la consejera de cultura del Principado y el director regional de deportes, firmarían el contrato para la llegada de la ronda española al Alto de L´Angliru. En ese momento comenzarían las obras de adecuación de la carretera de acceso y de la explanada donde se ubicaría la línea de meta (la carretera había sido asfaltada en 1997).

El Angliru, de esta forma, iba a estar listo para que el 12 de septiembre de 1999 el pelotón de la Vuelta a España afrontase sus rampas imposibles. Desde aquella fecha, se ha convertido en el calvario de profesionales y de miles de cicloturistas.

El Olimpo del Ciclismo

El puerto se encuentra situado en el corazón de la sierra del Aramo, en el concejo de Riosa. Tiene 1.570 metros de altitud, una longitud de 12.6 kilómetros de longitud y un desnivel de más de 1.200 metros, lo que hacen que su desnivel medio sea de más del 10%, en la vertiente de La Riosa. La pendiente máxima de esa carretera es del 23,5 %, en la famosa Cueña les Cabres, a la altura del kilómetro 10,8 de ascensión. El Olimpo del Ciclismo reza un cartel situado en la base del puerto, y es que llegar a su cima es como tocar el techo.

El inicio es relativamente sencillo, teniendo en sus cinco kilómetros iniciales con una pendiente máxima de "apenas" el 9%. Lo duro comienza una vez que se llega a la zona recreativa de Viapará, la última zona humana de este puerto, falso llano incluido. Nada más dejar atrás Viapará, tal y como nos recuerda una pintada en el suelo, comienza el infierno.

Después del descansillo, tras una curva a izquierdas, los corredores se chocan de bruces con la Cuesta les Cabanes, una pared de 150 metros, con una pendiente del 22%, a la altura del kilómetro 7. Durante el siguiente kilómetro, una larga recta, la pendiente suaviza, hasta que se llega a una curva a derechas, la de Llagos, en el kilómetro 8,5 de subida, con una pendiente del 15,5 %. Otra recta de prácticamente un kilómetro con pendientes superiores al 10 % de media. Después de esa segunda recta interminable, los corredores afrontan la horquilla de Picones-Cobayos, una horquilla a la que se llega al límite de tus fuerzas, y te deja sin aliento.

La primera de esas dos curvas es la de Los Picones, en el kilómetro 9,5. La segunda pared de la subida. Y aún falta lo más duro del puerto. A la altura del kilómetro 10,2 de subida los ciclistas afrontan la segunda curva de esa horquilla, la de  Cobayos, la segunda rampa en porcentaje del puerto, con un 21,5 % de desnivel medio.

Una vez que los corredores dejan atrás ese entrelazado de curvas, llegan a la recta más famosa del ciclismo mundial, la recta en la que se encuentra La Cueña les Cabres, la pared del ciclismo profesinal, con su 23,5 % de porcentaje máximo (kilómetro 10,8). Ahí los corredores, que ya marchan al límite de sus fuerzas, ven como se les cae el mundo al suelo. Solo pueden agarrar fuerte el manillar, meter todo el desarrollo que les dejen sus bicicletas y tirar de riñones, ya que es imposible ponerse en pie sobre la bicicleta en esos momentos, para poder completar el paso por el infierno.

Una vez que se pasa la Cueña, ya se deja atrás la mayor rampa del puerto, a cambio de haberse quedado sin aliento y totalmente vacío de fuerzas. En esos momentos los corredores tienen la sensación de que no avanzan, y aún les quedan las dos últimas grandes rampas del puerto, El Aviru (kilómetro 11,5) al 21,5 % y Les Piedrusines, al 20 %, como forma de colofón del puerto, a punto de coronarlo. Los últimos metros, medio kilómetro aproximadamente, son en ligera bajada para llegar a una pequeña área de descanso donde se ubica la meta.

¿El puerto más duro de Europa?

Desde que en el mes de octubre de 1998 se dio a conocer que el puerto se subiría en la edición del año siguiente, L´Angliru ha sido objeto de numerosos mitos, siendo el más habitual el mito de que por la dureza de sus rampas no se pueden hacer diferencias entre los favoritos. Pero nada más lejos de la realidad, porque aunque la velocidad de ascensión es baja, las diferencias se pueden hacer enormes, cuando no convertirse en definitivas de cara al resultado final de la prueba, como sucedió en la última ascensión, la de 2011.

Desde que el puerto fue ascendido por primera vez, en 1999, y haciendo una comparación con las ascensiones a los puertos más importantes españoles y del Tour y el Giro desde aquel año, se puede observar como ese mito sobre que no se crean diferencias en el Angliru sería totalmente falso. Esos puertos con los que hacer la comparación serían los Lagos de Covadonga, la Pandera o la Covatilla, en España, y en el extranjero Luz Ardiden, Tourmalet (por la vertiente de la Mongie) o el monte Zoncolan (el Mortirolo no se consideraría porque no es final de etapa).

Analizando los datos de esos puertos (en Wikipedia analizan la diferencia entre el primero, segundo y tercero de la etapa, indistintamente si el ganador llegó en fuga o del grupo de favoritos), tan solo los Lagos y el Mont Ventoux podrían aguantar la comparación con el Angliru. La diferencia media entre los tres primeros clasificados de la etapa, comparando con los otros puertos, convierten al Angliru no solo en el puerto que más diferencias ha creado entre los corredores en la Vuelta, sino que también lo es en los puertos de las otras grandes en la última década.

Los duelos en el Angliru

1999. El Chava entra en la leyenda
Con una expectación sin precedentes, el 12 de septiembre de 1999 se afrontaba por primera vez la ascensión a la que ya en ese momento era  mítica cima asturiana. La etapa constaría de 175 kilómetros, y partiría de León, atravesando los puertos de Ventana, La Cobertoria, y el Cordal, antes de la llegada al coloso asturiano.

Aquel día el pelotón iba a llegar hecho pedazos a la subida más importante del día, con el líder retrasado con respecto al grupo de favoritos debido a una caída en el puerto del Cordal. En esa última subida Tonkov, a unos 10 kilómetros de meta lanzó un poderoso ataque con el que abrió un hueco importante con el resto de corredores. El corredor ruso parecía lanzado a por la victoria (marchaba con un minuto de ventaja) cuando en el punto más duro de la subida, La Cueña Les Cabres, el Chava Jiménez lanzó un poderoso ataque al que ni Roberto Heras, su compañero hasta ese momento, pudo seguir.

Metro a metro, segundo a segundo, fue recortando el de El Barraco la desventaja que le llevaba el corredor ruso, hasta que justo cuando coronaban el puerto, alcanzó la rueda del corredor del Mapei. En los últimos dos kilómetros de la subida le recortó cuarenta segundos. En un final de etapa sorprendente, el Chava adelantó a Tonkov justo cuando afrontaban el ligero descenso que conducía a la meta, siendo el primer corredor en conseguir la victoria en el Angliru. El Chava había entrado en la leyenda de la Vuelta.

2000. Heras sentencia la Vuelta
Al año siguiente el Angliru volvería a ser la estrella del recorrido de la ronda española. En aquella edición se subiría un 15 de septiembre, y en la etapa habría dos carreras diferentes. La primera carrera sería por el triunfo de etapa, que se lo jugaría una fuga, mientras que la segunda carrera sería por la general de la etapa, en un duelo entre Roberto Heras y Ángel Casero.

De la primera pelea, la de la lucha por el triunfo de etapa, el vencedor sería el ganador del último Giro de Italia, el italiano Gilberto Simoni. El corredor italiano llegaría a pie de puerto siendo partícipe en una fuga en la que se encontrarían Díaz Justo, Brozyna o Hruska. Estos dos últimos corredores serían, precisamente los últimos a los que dejaría atrás el italiano, antes de llegar al descansillo de Viapará. Desde ese momento, a 10 kilómetros de meta, Simoni realizaría en solitario el resto de la subida, aventajando en la línea de meta en más de dos minutos al segundo clasificado, el checo Hruska, y en casi tres al tercero, el español Heras.

La otra pelea de la etapa sería la de la general, que tendría lugar entre el corredor valenciano Ángel Casero y el salmantino Roberto Heras. Realmente esta pelea quedaría en nada, pues Casero cedería rápidamente la rueda del grupo de Heras. En Les Cabanes, respondiendo a un ataque de Tonkov, el del Kelme lanzó un contrataque con el que dejó cortado al corredor ruso y se quedó solo tratando de aumentar su renta con Casero. En la meta, el corredor se dejaría 3 minutos y 41 segundos con Heras, distancia que sería fundamental en el devenir de la Vuelta, ya que en Madrid la distancia entre ambos corredores fue menor de la que se dio en el Angliru.

2002. Guerra en el Kelme
Tras una tregua de un año, la Vuelta decidió recuperar el Angliru para la décimoquinta etapa de la prueba, la que iba a llevar a los corredores desde Gijón al coloso asturiano. Aquel iba a ser el día más difícil de todos cuantos se ha subido el puerto hasta la fecha, tanto por las condiciones meteorológicas como por la situación que se vivió en el equipo Kelme. Al comienzo de la etapa parecía que se viviría una batalla entre los US Postal, con Heras a la cabeza, y los Kelme, con Óscar Sevilla portando el jersey dorado de líder de la carrera, pero al final de la misma habría estallado una guerra abierta en el conjunto Kelme, una guerra entre Aitor González y Óscar Sevilla.

El triunfo de la etapa correspondió aquel día a Roberto Heras, quien se había quedado solo en cabeza de carrera a la altura de Les Cabanes. El segundo en meta fue Joseba Beloki, mientras que el tercero iba a ser el gran protagonista del día, Aitor González, quien sería el protagonista por abrir una guerra con su compañero Sevilla, el líder de la carrera (del que estaba separado por un segundo).

Aitor no solo no esperó al de Osa de Montiel durante la subida al puerto, sino que además fue el primer corredor en atacar, justo cuando su compañero estaba atravesando sus peores momentos en la subida del puerto. El director del equipo, Vicente Belda, le pidió a Aitor insistentemente, a través de la radio, que se parase y esperase a su compañero, pero González decidió hacer la guerra por su cuenta y no respetar las órdenes de equipo. La tensión desde aquel día hasta el final de la Vuelta fue tremendo en el conjunto alicantino, a pesar de que González fue el vencedor final de la prueba.
 
2008. Contador certifica su tercera grande
Seis años tuvieron que esperar los aficionados y los corredores a que la organización se decidiese a incluir de nuevo al Angliru en la prueba. En esta ocasión la subida sería un 13 de septiembre, en un soleado día. En aquella etapa a pie de ese último puerto llegaría un grupo de escapados que rápidamente sería neutralizado, debido especialmente al duro trabajo que realizó durante toda la etapa el conjunto Astana.

La ventaja de ese grupo cabecero fue rápidamente reducida, dejando en cabeza de carrera al grupo de favoritos, un grupo en el que estarían corredores como Contador, Leipheimer, Purito Rodriguez, Valverde, Dani Moreno o Mosquera. Ese grupo quedaría reducido a los cuatro primeros nombres cuando en Les Cabanes Valverde lanzó un potente ataque. En la Cueña Les Cabres sería el corredor de Pinto quien lanzaría un ataque que le dejaría en cabeza de carrera.

Desde ese momento, la ventaja de Contador lo único que hizo fue aumentar hasta que atravesó la línea de meta, siendo el cuarto vencedor en la cima del Angliru. Valverde sería segundo aquel día a 42 segundos del ganador, demostrando que también podía con la alta montaña. Purito sería el tercero, a 58 segundos, mientras que Leiphemier sería el cuarto del día, cediendo otros siete segundos más que Purito. La distancia entre Contador y Leipheimer aquel día fue determinante en el triunfo del pinteño sobre el norteamericano en la clasificación final.

2011. Cobo vence y cambio de papeles en Sky
El 30 de abril del año 2011 un Juanjo Cobo cabizbajo se bajó de la bicicleta en la Vuelta a Asturias. Días después llamó a Matxin, su director, y le dijo que colgaba la bicicleta y sería electricista. Matxin, que era quien mejor conocía a su corredor, le dijo que se tomase un tiempo y recapacitase. Apenas cuatro meses después de haber anunciado a su director que lo dejaba, el 4 de septiembre, el día en que se subía el Angliru en la Vuelta, Cobo era otra persona. Su mente, en la que todo era o claro u oscuro, en aquella ocasión iba a verlo todo claro. 
 
La táctica del equipo Geox había determinado aquel día que la zona ideal para que Cobo lanzase su ataque era poco antes de La Cueña Les Cabres, es decir, a escasos cuatro kilómetros para la meta. Pero Cobo, que aquel día tenía piernas, decidió que no podía esperar tanto, que la cima del Angliru y la victoria en Madrid le estaban esperando y atacó cuando faltaban más de seis kilómetros a meta. Por detrás, el líder Wiggins no era capaz de seguir su ritmo y desde su equipo, el Sky, decidían sacrificar a Froome para ayudar a su jefe de filas. Dos kilómetros más tarde, el director del equipo británico se daría cuenta de su error y le diría a Froome que se fuera a por el corredor cántabro. Ya no había nada que hacer, Cobo iba súper y nadie le vería hasta después de atravesar la línea de meta. Era el nuevo líder de la prueba. Froome, por su parte, no podría hacer mucho, y llegaría a meta (4º) con 48 segundos de retraso, acompañado por Poels (2º) y Menchov (3º).

Chris Froome se quedaría aquel día a 20 segundos en la general de Cobo, una distancia que jamás lograría recuperar en aquella Vuelta, de la que el corredor cántabro resultaría el ganador, con el keniata nacionalizado británico en segundo lugar. Wiggins, sin quererlo, aquel día le había costado a Froome la primera de las dos grandes que no pudo ganar por poco tiempo.


Nota: Carta completa enviada por Miguel Prieto, el "descubridor" del Angliru, a los organizadores de la Vuelta a España:
http://www.angliru-riosa.com/vuelta_ciclista/carta.htm


Saludos a todos!!

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