viernes, 30 de noviembre de 2012

James Moore, primer campeón de la Historia

Un joven veterinario inglés llamado James Moore, fue el primer vencedor de una carrera ciclista, la París-Rouen de 1869, a raíz de la cual surgió la figura del campeón ciclista. Posteriormente se labró un palmarés de cierta magnitud, pero años después se cansó del camino que estaba tomando su deporte, buscando solo el espectáculo sin pensar en sus protagonistas,  y prefirió retirarse para dedicarse a su afición, ser veterinario.

Durante el mes de abril del año 1868 un grupo de aficionados a la bicicleta (velocípedos en aquella época) decidieron fundar El Veloce Club de París, siendo Galinier su primer presidente, Moret el vicepresidente y Dufresne el secretario. Un club ciclista que surgió con la idea de promocionar el deporte de la bicicleta deporte en la capital del país. Fue por ello por lo que tras pasar solo un mes desde su fundación, se organizó una jornada para dar a conocer la bicicleta entre el público. En dicha jornada tuvo lugar una carrera, la cual ha pasado a la historia como la primera carrera ciclista, aunque tal hecho puede ser discutible.
 
Puede discutirse si fue la primera carrera, ya que según testimonios, en 1865 se disputó el Grand Prix de la Ville d´Amiens, u otra carrera que se celebró en diciembre de ese mismo año, cubriendo una distancia de 17 kilómetros, trayecto que separa la Avenida d´Antin de los Campos Elíseos (primera prueba de fondo de la historia). Pero no han quedado registros de dichas carreras, por lo que la organizada por la Compañía de París sería la primera prueba ciclista de la historia.

Así de esta forma, ante la ausencia de pruebas reales de la existencia de esas carreras, la primera de la historia tendría lugar en las jornadas para dar a conocer la bicicleta, organizadas por la Compañía de París, controlada por los hermanos Ollivier que se disputaría el 31 de mayo de 1868 en el Parque de Saint Cloud de París. En aquellas jornadas, de dos días en principio, se celebró una carrera de una distancia aproximada de un kilómetro dentro del parque. En esa carrera tomaron parte varios corredores aficionados, y entre ellos venció un veterinario británico afincado en Francia desde hacía muchos años, James Moore. Con esta victoria pasó a ser considerado como el primer vencedor de una carrera ciclista de la historia, por lo que el Touring Club de Francia decidió colocar una placa con tal honor en el parque, en la que se leía que él era el primer vencedor de una carrera.

De este gran ambiente de ciclismo que supuso esa prueba organizada por los hermanos Ollivier surgió la idea de organizar una carrera mucho más grande. Una prueba que partiese de una ciudad y que llegase a otra diferente, y que además, estuviese abierta a público y participantes internacionales. Las ciudades elegidas finalmente, como punto de partida y de llegada fueron París y Rouen, respectivamente, que estarían separadas por una distancia de 123 kilómetros, algo sobrehumano para la época, puesto que por aquel entonces las bicicletas tenían un peso de casi 30 kilos y no había prácticamente carreteras, sino que en su mayoría había caminos, embarrados por la fecha en la que se disputaría la prueba, y repletos de piedras. La carrera estaría patrocinada por `Le Vélocipède Illustré´, un periódico de la época y por los propios hermanos Ollivier y su marca de bicicletas, las Michaux. La París-Rouen sería la primera prueba internacional de la historia.

La salida de esa primera carrera internacional tuvo lugar en la Plaza de L´Etoile, un 7 de noviembre de 1869, a primera hora de la mañana, en torno a las ocho. A la salida se presentaron nada menos que cien corredores, aunque tan solo pudo finalizar la carrera la tercera parte de los corredores, 34 héroes. El ganador de la misma fue, nuevamente, James Moore, quien tardó aproximadamente diez horas y cuarenta minutos en recorrer los caminos infernales que separaban ambas localidades, llegó aclamado por el público presente ante la auténtica gesta que acababa de acometer. Había aventajando en quince minutos a André Castera y a Bobillier, y en casi cuatro horas a los últimos clasificados, Fortín y Prosper Martín. Moore declararía años más tarde que los días posteriores a su victoria fueron los más felices de su vida.. De acuerdo con esta victoria, al británico Moore se le considera como el primer campeón de la historia, ya que no hay registros de las dos pruebas citadas al inicio del reportaje

Ese gran primer vencedor de la historia era James Moore, que había nacido un 14 de enero de 1849, en Bury-St. Edmunds (Suffolk, Inglaterra), aunque siendo bastante joven tanto él como su familia se trasladaron a vivir a Francia. Siendo aún joven, se mudó a la capital del país, París, con la ilusión de ser veterinario, y con la intención de ampliar sus conocimientos sobre esa materia, para poder desarrollar la profesión. Unos meses después se fue a vivir a Normandía, y en dicha región fue donde se aficionó al mundo de la bicicleta.

Con su victoria en la prueba de Saint Cloud ya había adquirido una cierta fama entre el público, y comenzó a ser conocido como el `Parisino Volador´, pero con su victoria en la París-Rouen le llegó una auténtica fama internacional. Pero su calidad no le detuvo en ese punto, y le llevó a labrarse un palmarés bastante más amplio, consiguiente importantes victorias en el Campeonato de Vésinet (1870), la prueba internacional de Lyon (1873), el Campeonato del Mundo oficioso de la milla (Wolverhampton, 1874), el Campeonato de Francia de velocidad (París-Tullerías, 1875-76) y la prueba internacional de Toulouse (1877), carrera con la que puso fin a su vida deportiva, además de ser un especialista consumado en la distancia de la milla, donde llegó a establecer hasta un total de cuatro récords del mundo.
Pero todas esas pruebas que se había organizado a raíz de la París-Rouen ya no llenaban al espectador, que pedía más espectáculo, y los organizadores estaban dispuestos a dárselo, especialmente al otro lado del Océano, en los Estados Unidos. Surgieron carreras como los Seis Días de Chicago, en 1879, que consistía en pedalear en una pista durante seis días con sus seis noches, de forma individual, sin descanso y sin poder siquiera bajarse de la bicicleta, ya que si lo hacían, el público se encaraba con el corredor y le obligaban a volver a la bicicleta. El propio Moore fue invitado a esta prueba, pero declinó tal invitación espantado al saber en que consistía.
Carreras como esta provocaron que el primer campeón comenzase a coger animadversión por el deporte que con tanto fervor había practicado, pero los caminos de locura por los que comenzaba a caminar el ciclismo obligaron a su retirada y que posteriormente, actuando en buena lógica, las autoridades terminasen prohibiéndolas.

James Moore murió finalmente un 17 de julio de 1935, a la edad de 86 años en su localidad natal de Bury-St. Edmunds. James siempre creyó, y murió pensándolo, que fue el primer ganador de una carrera ciclista de la historia, aunque la investigación de Keizo Kobayashi puso en duda dicho título honorífico.

Esa investigación de Kobayashi determinó, según se publicó en The Boneshaker, que esa carrera de Saint-Cloud en realidad había sido una jornada en la que el programa de festejos reflejaba que se disputarían hasta un total de cuatro competiciones distintas:

1- La primera competición tendría lugar, en ese día 31 de mayo a las 14.30 de la tarde, y esta sería una carera de un kilómetro para velocípedos cuyo diámetro de rueda fuera inferior al metro. En esta prueba tomarían parte hasta siete aficionados, y el vencedor fue Eduard-Charles Bon, que completo el recorrido en 2 minutos y 40 segundos, rodando a un ritmo de 22.5 kilómetros por hora.
2- La siguiente carrera cubriría la misma distancia, pero esta vez para velocípedos de un metro de diámetro. El ganador de la misma sería James Moore, quien se impondría con un tiempo de 2 minutos y 35 segundos y una velocidad de 23.2 km/ a los otros cuatro participantes de la carrera. La medalla que consiguió se puede encontrar en el Ely Museum.
3- La tercera carrera sería la carrera lenta de 50 metros, que contaría con seis participantes y la victoria sería para Durruthy.
4- La cuarta y última carrera sería denominada como La Gran Carrera, en la que los corredores lucharían por la medalla de oro (la de Charles Bon y la de Moore eran de plata). Tres corredores fueron participes de la misma y el vencedor fue Polonini, quien venció con un tiempo de 2 minutos y 33 segundos y rodó a una velocidad de 23.5 kilómetros por hora.
La nota curiosa de estas cuatro carreras, es que hay que señalar que todos los velocípedos de los ganadores de aquel día eran de la misma marca, Michaux.

En atención a este detalle de las cuatro carreras, el primer vencedor de la historia debería ser Charles Bon, o en su defecto Polonini, que fue el ganador de la carrera más importante del día, pero ni uno ni otro reclamaron para sí jamás ese honor, ni siquiera cuando el Touring Club de Francia colocó la placa en Saint-Cloud dedicada a Moore.

Aunque Moore murió considerado como ese primer ganador, para desgracia suya, la entrada del nuevo siglo trajo otros aires a este deporte, y con ellos su memoria  y su legado prácticamente cayeron en el olvido, ya no solo de la gente, sino de sus discípulos de la carretera, que prácticamente no reconocían su figura apenas 25 años después de retirarse. Moore, al comenzar el siglo XX ya formaba parte de la Prehistoria en este deporte.


Saludos a todos!!

sábado, 17 de noviembre de 2012

El Tarangu cede ante Merckx

El Giro de Italia de 1974 iba a afrontar su 14ª etapa, que uniría Pietra Ligure con San Remo. En la jornada anterior había vencido Paolini, con Fuente abriendo un pequeño hueco con respecto a Merckx, lo que parecía decantar la carrera en su favor, pero un mal día en una jornada que estaba llamada a ser de transición lo torció todo.

Comenzó temprano la etapa que finalizaba en San Remo, la 14ª de la carrera, que sufrió una modificación de última hora, debido a las condiciones climatológicas, que provocaron que el kilometraje aumentase de unos 165 kilómetros a unos 190. La jornada la afrontaba con Fuente como líder y con Merckx por detrás, en segundo lugar, a algo menos de tres minutos, después del ataque del Tarangú del día anterior.
 
La etapa comenzó con un ritmo bastante alto, con el equipo del Tarangú, el Kas, intentando dar velocidad al pelotón, esperando un nuevo ataque de Fuente. Había olido sangre el día anterior y el asturiano quería sentenciar la carrera antes de llegar a las cimas más decisivas de la carrera, como Lavaredo o Monte Grappa.
 
El ritmo estaba siendo asfixiante en la primera media hora de carrera, sin embargo se produjo un hecho totalmente inesperado. Alrededor del kilómetro 15, a 180 de meta, se produjo el ataque del segundo de la general, Eddy Merckx, en un ataque kamikaze, como el del Tour 69. Un ataque buscando destrozar la carrera y la general. A ese ataque kamikaze de `el Caníbal´ saltó un compañero del Kas del líder, José Luis Uribezubia, llegando a contactar con la cabeza de carrera del día. La ventaja apenas era significativa para el dueto cabecero, siendo de apenas quince segundos en el paso por Alassio, unos kilómetros más adelante de donde se produjo el ataque del belga. Poco después del paso por Alassio el pelotón consigue neutralizar la peligrosísima fuga de Merckx, pero la carrera ya está rota. 

La jornada estaba siendo de perros, con unas condiciones climatológicas bastante adversas, en donde el agua no dejaba de caer sobre los corredores, provocando que el castigo físico que estaban sufriendo ese día fuese terrible. Bajo esas condiciones, el Kas seguía imponiendo un ritmo muy alto en el grupo de los favoritos, ya que el pelotón estaba fragmentado. Aún así, según se van acercando los corredores a la primera dificultad montañosa del día, Colla di Langan, se van produciendo saltos dentro de ese grupo de favoritos, buscando su oportunidad en la etapa. 

Prácticamente según alcanzan por primera vez la primera rampa del puerto del Langan, que se subiría en dos ocasiones, Fuente sufre una avería mecánica y se ve retrasado en el grupo. Merckx, que ha observado el problema, decide intentar aprovechar la oportunidad, acelerando de nuevo el ritmo. A pesar de la avería, el Tarangú se reincorpora rápido al grupo, poniéndose al frente del mismo para abortar el ataque de un corredor belga que, bajo el diluvio, quería poner patas arriba la general del Giro.
 
En un momento de calma entre los favoritos, el equipo Kas decide remover el manzano, a pesar que eran ellos quienes tenían al líder, un líder que hasta el momento se había mostrado bastante sólido. Uribezubia es quien lanza el primer ataque, secundado por Perletto, Panizza y López Carril, compañero también en el Kas del corredor vasco. Rápidamente se marchan y abren un hueco que alcanza el minuto, aproximadamente, mientras que el pelotón de favoritos seguiría estando comandado por el conjunto Kas y estaría formado por unos 50 hombres en su conjunto. Después del avituallamiento, será Baronchelli quien ataque, aprovechando el cierto margen que le daba el ser un desconocido, para marcharse en solitario de ese grupo de favoritos.

La ventaja del cuarteto cabecero comienza a ser definitiva, de cara a la victoria de etapa, puesto que contaba, a falta del paso por el segundo paso por el Langan, por la parte del Ghimbegna con unos cuatro minutos de ventaja. También escapado, y aumentando sus rentas, contaba ya con un minuto con respecto al líder, el joven italiano Baronchelli.
 
Al tiempo que las condiciones climatológicas siguen empeorando, cuando el grupo principal llegaba de nuevo al Langan, este, que estaba formado por unas cincuenta unidades, pasa a encabezarlo el conjunto Molteni, preparando un ataque para su jefe de filas, Merckx. Este acelera el ritmo y ante la sorpresa mayúscula, Fuente se queda cortado. Comienza a sufrir el excepcional escalador asturiano en su terreno,  la montaña, donde hasta ese momento se había mostrado como el hombre más fuerte de la carrera. A falta de más de 30 kilómetros a meta, con una subida y un descenso por delante, Merckx ha atacado y Fuente se ha quedado totalmente cortado, rodando sin fuerza, en lo que parece una pájara brutal.
 
La información que dan desde dirección de carrera en esa última subida sitúan al grupo cabecero, formado por Panizza, Perletto, López Carril y Uribezubia, con una ventaja de unos dos minutos con respecto a Baronchelli y con un minuto y 45 segundos más de ventaja con respecto al grupo de Merckx, en el que ahora marchan todos los favoritos, menos el fugado Baronchelli y el apajarado líder, Fuente, que marcha unos 45 segundos por detrás de este último grupo.
 
Aunque las informaciones que se dan en carrera son muy confusas, el Langan es coronado en primer lugar por Perletto, seguido de Panizza, de Uribezubia, y de López Carril. La desventaja de Baronchelli se había reducido a apenas un minuto, y la del grupo a unos dos y medio. Sin embargo la desventaja del Tarangu, acompañado de sus compañeros Zubero, Aja y Linares, comenzaba a ser preocupante, ya que su retraso era ya de casi cuatro minutos con respecto al grupo de Merckx.
 
Perletto y Panizza se lanzan en el peligroso descenso, con los corredores del Kas sufriendo y con Baronchelli pisándoles los talones y afianzándose en la segunda plaza provisional de la carrera. En un abrir y cerrar de ojos alcanza a ambos corredores del Kas. Las distancias se van manteniendo entre todos, salvo con Fuente, que en los pocos kilómetros que van de descenso, ha cedido un minuto más con cabeza de carrera y con su rival Merckx.
 
Pero la etapa aún no está en absoluto decidida. Panizza se cae durante el descenso, por lo que deja a Perletto en solitario en cabeza, al tiempo que `el Caníbal´ marca un fuerte ritmo en el grupo, tratando de neutralizar al, hasta hace pocos kilómetros, nada peligroso Baronchelli, pero que ahora se está convirtiendo en una serie amenaza para el belga en el intento de conquistar su quinto Giro (tercero consecutivo) e igualar a Binda y Coppi.
 
Llegan los corredores al último kilómetro, con Perletto en cabeza y tan solo una veintena de segundos por detrás marchaba Panizza. Al doble de distancia se encontraba el trio formado por Baronchelli, y los dos Kas, Uzibezubia y López Carril. La etapa está decidida, manteniéndose esas distancias al llegar a meta. Perletto consigue una espectacular victoria, gracias a la fortuna, por la caída de Panizza, quien a pesar de todo consigue hacer segundo en la etapa.
 
El trío perseguidor al cruzar la meta es encabezado por Baronchelli, quien llega a meta con cuarenta segundos de retraso con el ganador. Falta por ver el retraso con el que llegue el grupo de Merckx, ya que podría situarse incluso como líder el joven debutante italiano. Pero no será así esta vez, ya que el grupo llega, encabezado por Bitossi y `el Gitano´ de Vlaeminck a dos minutos y 18 segundos, con Merckx entre los corredores que llegan en ese grupo. Esto propicia que haya cambio de líder, ya que Fuente marcha hundido, en favor del belga, y que este a su vez, aventaje en 35 segundos a Baronchelli, quien había realizado una etapa excepcional, presentándose para el gran público, a pesar de no haber ganado.
Los minutos van pasando y por la línea de meta de San Remo no hay rastro de quien portaba la maglia rossa hasta aquel día, de José Manuel Fuente. Solo se sabe que coronó la segunda vez el Ghimbegna con unos cinco minutos de retraso con respecto a los favoritos. Pero al acercarse a meta se puede observar como su pedaleo es lento, sin fluidez, víctima de una pájara que ha dejado al corredor sin fuerzas, tal y como reconocería el Tarangú a su llegada a meta a la prensa.

Llega Fuente a meta con más de diez minutos perdidos con respecto al ganador del día y con ocho respecto al nuevo líder de la carrera, al que felicitará unos minutos después en el pódium. Un líder al que, hasta ese mismo momento, había conseguido dominar, pero ante el que sus piernas dijeron basta, en una jornada que estaba llamada a ser de transición.

Clasificación etapa: 
1º Giuseppe Perletto (Sammontana) 5h21'58"
2º Vladimiro Panizza (Brooklyn) a 20"
3º Gianbattista Baronchelli (Scic) a 40"
4º José Luis Uribezubia (KAS) m.t.
5º Vicente López Carril (KAS) m.t.

6º Franco Bitossi (Scic) 2´18´´
7º Roger De Vlaeminck (Brooklyn) m.t.
8º Constantino Conti (Zonca) m.t.
9º Francesco Moser (Filotex) m.t.
10º Felice Gimondi (Bianchi) m.t.
...
12º Eddy Merckx (Molteni) m.t.
...
38º José Manuel Fuente (KAS) a 10'17" 

Clasificación General: 
1º Eddy Merckx (Molteni) 70h47'34"
2º Gianbattista Baronchelli (Scic) a 35"
3º Felice Gimondi (Bianchi) a 2'23"
4º Francesco Moser (Filotex)a 2'31"
5º Roger De Vlaeminck (Brooklyn) a 2'33"
6º Giovani Battaglin (Jollj Ceramica) a 2'45"
7º Constantino Conti (Zonca) a 3'05"
8º Gösta Pettersson (Magniflex) a 4'03"
9º Franco Bitossi (Scic) a 4'11"
10º José Luis Uribezubia (KAS) a 5'15"
...
13º José Manuel Fuente (KAS) a 7'43"



Saludos a todos!!

jueves, 8 de noviembre de 2012

Maurice Garin, el primer ganador del Tour

Maurice Garín, el pequeño deshollinador que un día decidió subirse a una bicicleta y competir, puesto que esa era su pasión, fue el primer vencedor de la historia del Tour de Francia, en el año 1903, a pesar de ser un corredor alejado del prototipo de corredor de la época. En dicha carrera aventajó al siguiente clasificado en casi tres horas, la mayor diferencia de la historia de la carrera.
 
Maurice Garin nació un 3 de marzo de 1871, en el valle de Aosta, en Arvier, al año siguiente de la unificación de toda Italia y de ser nombrada Roma como capital del país. A pesar de nacer en territorio italiano, no llegó a hablar ese idioma, sino que hablaba el francoprovenzal, también conocido como arpitano (actualmente no lo hablan ni 60.000 personas, en su mayoría de avanzada edad).
 
Su infancia la transcurrió atravesando la frontera gala, para trabajar como deshollinador en las casas de las familias burguesas, tal como era tradición en los Alpes. Cuando ya era más mayor, aunque aún joven, recorrió una larga distancia a pie, junto a su padre y hermanos, para asentarse en la localidad de Lens, que por aquellos años finales del siglo XIX era un pequeño pueblo. Allí fue albañil, gracias a la recomendación que de él hizo un paisano que había llegado a Lens años antes que su familia.
 
A los 20 años, entusiasmado al ver las hazañas que realizaban aquellos locos que montaban en bicicleta en esa última década de siglo, consiguió reunir el dinero suficiente para comprarse él mismo una bicicleta, y comenzó a montar en ella. Debido a su pasado de deshollinador, el apodo que se ganó entre sus compañeros y la prensa fue el de “el Pequeño Deshollinador”, debido también a su estatura y peso (1,62 metros y 61 kilos en plena forma), lo que chocaba con los grandes corredores (por corpulencia) de la época.

En 1893 se impuso en dos carreras que contaban con gran prestigio en la época, los 800 kilómetros de París, sobre pista, y la Dinant-Namur-Dinant. La temporada siguiente sería aún más exitosa, con triunfos en 24 horas de Lieja, en pista, en el Prix d'Avesnes-sur-Helpe, y en la París-Saint-Malo. Su resistencia física iba camino de ser legendaria, muy en contra de lo que su físico hacía presagiar. En 1985 iba a acrecentar su leyenda sobre pista, consiguiendo la victoria en las 24 horas de las Artes libres de París , además de batir el récord del mundo de los 500 kilómetros en ruta detrás de un entrenador humano.

Pero eso no era suficiente, ya que se le estaban quedando pequeñas todas esas carreras, por lo que amplió su horizonte, fijándose nada más y nada menos que en la París-Roubaix, creada en 1896. Ese primer año se le escapó la victoria, siendo “solamente” tercero. Pero no se le escaparía en las dos siguientes ediciones. Si su primera victoria, en 1897 causó un entusiasmo inusitado en la gente, la segunda victoria, la del año siguiente, provocó un fervor por parte de los asistentes al velódromo nunca visto hasta entonces. Tanto fue así que los que no encontraron su sitio en el velódromo se subieron al techo de una casa de las proximidades para ver la llegada del corredor italiano (nacionalizado francés), provocando el hundimiento del techo de la casa.
 
El Pequeño Deshollinador no solo era uno de los mejores corredores de la época, con victorias en las carreras más importantes, sino que también era probablemente el corredor más querido por el público de la época, siempre acompañado de sus hermanos Cesar y Ambroise, debido a que era el corredor más cercano con el pueblo. Al palmares que había acumulado en esos últimos años del siglo XIX, en los primeros años del siglo XX, concretamente en 1902, iba a sumar un triunfo en la legendaria Burdeos-París.

Cuando al año siguiente, en 1903, Henri Desgrange, director de la revista L´Auto, lanzó la idea de crear el Tour de Francia, Garin fue el primer corredor en inscribirse. La afición esperaba que se alzase con la victoria final, vistos los antecedentes, algo en lo que no les defraudó.
A la salida se presentaron nada menos que 60 valientes (se inscribieron 78 corredores, siendo 11 extranjeros), que tomaron la salida el primero de julio, portando Garin el primer dorsal número 1 de la carrera, pocos minutos después de las 3 de la tarde, con dirección a Lyon, en una etapa de más de 460 kilómetros, a las puertas del restaurante El Despertador, en Montgeron, próxima a París. Solo 50 kilómetros más adelante, la carrera ya veía como se retiraba el primer corredor en la historia de la carrera. También, poco más adelante se viviría la primera descalificación de la historia, la de Jean Fischer, por usar un coche. A la mañana del día siguiente, tras casi 18 horas de recorrido, sería Garin quien llegaría en primer lugar a la línea de meta de esa primera etapa de la historia del Tour de Francia, aventajando en un puñado de segundos a quien le había acompañado casi todo el día, Emile Pagie, por lo que se convertiría en el primer líder de la carrera, un puesto que ya no abandonaría hasta el final de la carrera.
 
Por su parte, el que consideraban los medios como la otra alternativa a Garin para la victoria final, Aucouturier, tuvo que abandonar la etapa durante la noche, debido a problemas estomacales. Los corredores afrontarían ahora varios días de descanso, antes de disputar la segunda etapa de la carrera, entre Lyon y Marsella, de 374 kilómetros.

Pasadas las 2 de la madrugada del día 5 los corredores afrontarían esa segunda etapa. Hippolyte Aucouturier sería el ganador de esta etapa, la única que incluiría algo de montaña en esa primera edición de la carrera. Y sería el ganador, a pesar de haberse retirado el día anterior, ya que en ese momento la carrera permitía que un corredor que no hubiera terminado una etapa, se reenganchase a la carrera, aunque sin ninguna opción por pelear por la clasificación general.
 
La siguiente etapa saldría en la madrugada del 8 de julio, y en ella los corredores tendrían que llegar a Toulousse, desde Marsella, después de recorrer 423 kilómetros. El ganador de esta agotadora etapa sería nuevamente Aucouturier, quien sería el primer bicampeón de etapas del Tour. Aquel día ganaría gracias a un sistema que hoy podría chocarnos, ya que él tomaría la salida, junto con varios corredores más, una hora más tarde que los que aún peleaban por la victoria de la general. Quien primero cruzó la línea de meta fue Eugène Brange, pero su tiempo fue 33 minutos superior al que invirtió Aucouturier, por lo que este fue declarado como ganador de aquella etapa.

La etapa más corta de la carrera sería la cuarta, en la que Aucouturier buscaría su tercera victoria consecutiva. En esta etapa los corredores buscarían la zona este de Francia, llegar a Burdeos, tras recorrer 268 kilómetros. Esta se disputaría el 12 de julio y el corredor francés sería sorprendido usando la estela de un coche en su afán por ganar, por lo que sería descalificado de la carrera. El ganador aquel día sería un absoluto desconocido para el público, el suizo Laeser, quien el día anterior había abandonado la carrera y que aquel día partió en la etapa una hora más tarde que los corredores de la general, pero que completaría el recorrido en 10 minutos menos que el primero de los de la general. Con su victoria se convertiría en el primer no francés en ganar una etapa en el Tour. Garin, por su parte, seguiría manteniendo su primera posición de la general.
 
Como la etapa, comparada con las anteriores, no había sido excesivamente dura, al día siguiente, el día antes de la fiesta nacional francesa, se iba a disputar la penúltima etapa, de 425 kilómetros y que uniría Burdeos con Nantes. Prácticamente no había ya lucha por la general, ya que Garin aventajaba en más de dos horas al segundo clasificado, Georget, pero unos pinchazos y un error de este hizo que perdiera tanto tiempo que llegase a perder su privilegiada posición. Además, Garin sentenciaría la carrera, no solo aventajando a quien hasta entonces era segundo, sino que encima consiguió la victoria sobre el velódromo de Nantes.

La última etapa de la carrera sería la más larga de todas, 471 kilómetros, disputada en la madrugada del 18 de julio. En ella se impondría nuevamente Garin, venciendo en el sprint del velódromo de París, por delante de Augerau y de Lootens, aunque los corredores dieron una vuelta de honor por el Parque de los Príncipes, para que el público pudiera verlos. Garin, con esta victoria, se convertiría en el primer triple vencedor de etapa y además sentenciaría la carrera.
 
Las distancias entre Garin, primer clasificado y Pothier, segundo final, fueron siderales, las mayores en la historia de la carrera, con casi 3 horas de diferencia entre ambos (2h 49´ 21´´). Pero si la distancia entre ambos fueron antológicas, más aún lo fueron con Millocheau, el último clasificado de la general (21º), al que aventajó en nada menos que 64 horas y 57 minutos, es decir, que el también francés Millocheau, había invertido casi dos terceras partes más del tiempo que había tardado el ganador en recorrer los 2400 kilómetros de los que constaba aquel primer Tour de Francia.

Garin era, ya sin duda alguna después de esta victoria en el Tour, si es que no lo era ya antes, el corredor más popular del pelotón, tanto en los aficionados como en la prensa. Esta popularidad explica el porqué, al año siguiente, los comisarios esperaron cuatro meses para descalificarle de su segunda victoria en el Tour de Francia (pensarían que era mejor aguardar a que se enfriasen las pasiones desatadas por su triunfo en la carretera). Si hubiesen tomado esta decisión a pie de meta, seguro que se hubiera producido un motín entre los comisarios, y probablemente avalanchas del público.

Esta descalificación de Garin, que iría acompañada de una suspensión de dos temporadas, puso fin a la carrera de el Pequeño Deshollinador, que contaba entonces con treinta años. Se retiró posteriormente a la localidad de Lens, donde abrió un garaje que mantuvo hasta los años cincuenta, década en la que falleció contando con casi 86 años de edad.

 
Saludos a todos!!