miércoles, 5 de octubre de 2011

Tre Cimi di Lavaredo

Hablando de ciclismo, por supuesto no se puede olvidar nadie del ciclista más grande de la historia (solo Coppi podría discutírselo, pero la Guerra Mundial lo impidió). Eddie ha sido autor de numerosísimas aventuras, de grandiosas victorias. Por eso se ganó el sobrenombre de "el caníbal", con el que le apodaban en todo el pelotón. Pero antes de ser conocido de esa manera, contando con tan solo 23 años realizó una proeza al alcance solo de los elegidos. Una de las mejores ascensiones de todos los tiempos, para todo aquel que haya tenido la fortuna de verla, ya sea en directo o en diferido.

En el primer sábado del mes de junio (día 2) del año 1968 se va a celebrar la etapa reina de ese Giro d´Italia, la que llegaba a la mítica cima de Tre Cimi di Lavaredo, tras recorrer nada menos que 213 kilómetros antes de cruzar la línea de meta. El día había amanecido nublado, y durante los kilómetros de la última ascensión el mercurio oscilaba entre los 2 y los 4 grados bajo cero. Iba a hacer mucho frio durante la etapa, e incluso en esa ascensión final nevaría.

La etapa transcurre con normalidad para el pelotón hasta las primeras rampas de ese último puerto. Hasta entonces han consentido una fuga de varios hombres, que finalmente ha quedado reducida a 9 unidades, con el español Galero entre ellos, y que en esas primeras rampas de Lavaredo cuenta con casi 10 minutos de ventaja. Es en esas primeras rampas cuando el Faema de Merckx se pone serio, realizando un primer ataque del italiano Adorni, muy poco querido por la prensa local por ser el gregario del belga. A ese ataque responde rápidamente el jefe, el chaval de 23 años Merckx. Ambos se marchan en solitario desde ese momento, sin responder al ataque por parte de Gimondi y de Julio Jiménez, a priori los máximos rivales del belga.
 
Fue la última vez que alguien en esa etapa marchó junto a Merckx. El belga se puso a trabajar a destajo, bajo la fría nieve que ya les estaba cayendo encima a los ciclistas, y aumentó considerablemente el ritmo en su ascensión. Poco a poco fue cogiendo a los escapados, quienes, uno a uno iban viendo como el campeón del mundo del último año les iba adelantando a todos. Era una mancha blanca para todos ellos, que veían como en tan solo unos segundos les cogía y les dejaba retratados en su pedalear, quedando a años luz de él. Su único rival en la ascensión era un Coppi del que la televisión italiana cruzaba imágenes, para comparar la ascensión de ambos a la mítica cima.
 
Favaro o Benfatto fueron rápidamente superados, pero todavía quedaban varios hombres por delante, y la ventaja que tenía que enjuagar a los fugados era muy amplia, de casi 10 minutos al comentar la ascensión, aunque ya algo más exigua. El español Galera, y sobre todo el italiano del Pepsi Cola, Polidori, se lo pusieron muy difícil al campeón del mundo. Tan difícil se lo pusieron que el italiano fue 2º finalmente en la meta, a menos de un minuto, y el español 4º en meta, a un minuto exacto, colándose entre ambos el compañero del Faema de Merckx, Adorni.
 
Era una etapa gloriosa, de ciclismo puro, con mucho frio, pero ciclismo puro, con los ciclistas entrando de uno en uno, con la exhibición de un hombre, pero el hundimiento de otros, también favoritos antes de empezar la carrera. Gimondi, por ejemplo, perdió unos 7 minutos en la meta, entrando en el puesto 28, y Julio Jiménez mucho más aún, con casi 9 minutos perdidos en meta y siendo el 45 de la misma.
 
Merckx, que ese día había dejado sentenciado ese Giro, con más de 3 minutos de ventaja con el 2º en la general, su compañero Adorni, además, tuvo tiempo de bromear con la prensa en la línea de meta. Prensa que también habían sufrido las inclemencias del tiempo a esos más de 2500 metros de altitud a los que estaba situada la cima Coppi de ese año (paso de montaña más elevado de cada edición del Giro).

La ascensión a ese último puerto de Merckx, para los especialistas, ha sido uno de los mejores de la historia, enjuagando todos y cada uno de los segundos con los que habían comenzado los fugados esa ascensión, casi 10 minutos de ventaja. Como muestra de esa impresionante ascensión, hay que mencionar que entre los 10 primeros que cruzaron la línea de meta, solo un corredor más, aparte del propio ganador, no se encontraban en la fuga buena del día, y era su propio compañero de equipo. Exhibición, además, realizada en unas condiciones climatológicas muy adversas para los corredores, que tiraron de épica y escribieron una página gloriosa en la historia del ciclismo.


Saludos a todos!!

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